Hoy tocaba decir adiós a los checos y a su increíble país. Me levante pronto para dar una vuelta por Cesky Krumlov de día, recogí mis cosas del hostal, me puse la mochila y di un paseito mas por el pueblo. Tan bonito o mas que de noche. Es muy pequeñito por lo que no recomiendo pasar mas de una noche aunque si tenéis oportunidad, no os lo perdáis.
Me acerque a un supermercado a comprar una barra de pan y algo de embutidos para desayunar y comer en el tren. No os podéis imaginar lo cachondo que puede ser un chino hablando checo...
Esa mañana el chaval del hotel (el que se parecía a Jesucristo) me había recomendado ir en bus hasta Ceske Budejovice en vez de en tren, ya que por lo visto tardaba mucho menos y era mucho mas cómodo. Por 30 coronas (1€ y poco) cogí el autobús y en 40 minutos estaba en la siguiente parada.
Ceske Budejovice era una ciudad un poco lúgubre, poco cuidada y con el mayor numero de canis por metro cuadrado de lo que llevo visto hasta hora. Es una ciudad que solo sirve para hacer transbordos en tren, no os acerquéis mas allá de eso! Llegue a la estación, me prepare un buen bocata y al tren. Esta vez el tren era estupendo, sillones cómodos, enchufes, baños y hasta Wifi! Lo bueno duro poco ya que en Cesky Velenice tenia que cambiar de tren. Ese pueblo era el ultimo de la república checa y a tan solo 100 metros, el siguiente, ya era Austria. Saqué mi kit de costura para viajes y cosí en primer pais en la mochila moruna.
El paisaje era de escándalo, inmensos prados y bosques, todo verde, pueblecitos de película y lluvia, bastante lluvia. La lluvia no duró mucho, ya estaba cerca y el Danubio asomaba de vez en cuando paralelo a la vía. Un rato mas tarde: Viena!
Sali de la estación en lo que parecía ser un barrio humilde con edificios bastante bonitos pero nada del otro mundo. Camine alrededor de media hora hasta Rembrandstrasse, donde encontraría mi siguiente hogar temporal muy cerca del río.
El Meininger Viena Hotel era como su nombre indicaba, un hotel, solo que además, algunas habitaciones eran de 6 personas. Había restaurante con en un hotel normal, y una cocina como en un Hostel. Calidad de un 4 estrellas por 20€. La situación no era muy céntrica pero sí a 15 min del meollo, con lo que me libraba de los robos a mano armada de los locales del centro.
Llegue a la habitación y conocí a mi nueva compañera de cuarto, Lisa, una australiana con muy buen rollo. Enseguida empezamos a hablar y fue cuando me enteré de los sueldos en Australia. Recoger fruta en el campo, el trabajo menos cualificado que puede existir, 20$ LA HORA!! Ante mi cara de asombro lo único que se le ocurrió decirme fue que por eso los australianos viajaban tanto. Y es cierto, el 70% de la gente que he conocido este viaje son de Australia, por lo que he decidido que el año que viene me voy a Australia a hacerme rico recogiendo melocotones. Al rato llegó el que iba a ser el tercer compañero de la noche, Hugh, y ¿ adivinais de donde era?
Después de echar unas risas con los nuevos compis salí a recorrer el casco antiguo de Viena. Nada mas pasar el puente que cruzaba el Danubio todo empezó a cambiar.
Yo siempre había sido muy critico con Viena, incluso hasta el punto de intentar borrarla la noche anterior de mi itinerario para ir a Salzburgo. Agradezco al destino que me trajera aquí porque me tuve que dar con un canto en los dientes (o con veinte).
Viena es IMPRESIONANTE. Me atrevería a decir que la ciudad mas espectacular en la que he estado nunca.
Cada edificio era una obra de arte. Mármol, columnas, esculturas... En todos los edificios te podías parar y mirar durante un rato los detalles tan cuidados de cada metro de fachada. Grandes avenidas llenas de flores, jardines espectaculares, catedrales e iglesias a cual mas bonita, músicos callejeros rindiendo homenaje a su compatriota Mozart... Nunca se me habían puesto los pelos de punta al ver una ciudad y Viena lo ha conseguido. Chapeau!
Recorrí el Schotten ring de Viena que viene a ser una M-30 pero alrededor del casco antiguo, me tiré en los jardines del Burg-Albertina Garten y eché un ojillo al museum quartier. Luego me pasee por kartnerstrasse, lo que viene a ser calle Preciados, y ya fue cuando puse los pies en la tierra, dejé de mirar edificios y empecé a mirar precios.
Queridos austriacos, me parece genial que tengáis un alto nivel de vida, pero 4'5€ por una botellita de agua es un robo aquí y en el Sáhara en pleno mes de agosto. Llaveros a 10€, helados a 5, el metro 2'20 (y yo que me quejaba del de Madrid)... En fin, que a esta gente o le llueven los euros o es que están esperando a que vengamos los guiris a pagar esas burradas de precios. El día que yo pague 6'70 por hora de parking los coches dejarán de ser mi pasión.
Bueno tampoco quiero estropearos Viena. La relación calidad precio de la ciudad esta mas que conseguida.
Después de salir de la milla de oro me comí un kebab que era lo único que mi conciencia me dejaba comprarme, y eso que estaba tirao (4€ en Viena no te aceptan ni los homeless).
Todo cerró muy pronto así que decidí irme al hotel. Al llegar me estaban esperando mis compis para ver el Holanda-Costa Rica. Un par de cervecitas con todos los holandeses del hotel, unas risas viendolos sufrir hasta el final y para el cuarto.
Mañana toca ver Viena entera, será un día duro!
GASTOS 1€=25ks
Desayuno/comida. 90ks
Agua. 10ks
Bus C.Krumlov-C-Budejovice. 30ks
Kebab. 3'5€
Cerveza. 2'5€
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