Hoy me despedí de Viena para seguir hacia Eslovaquia.
Me levanté a las nueve y media, recogí la ropa tendida por todo el cuarto, preparé la mochila y me despedí de mis compis de cuarto. Como obsequio, a Hugh le regalé la calderilla que me sobró en coronas checas, y al americano el mapita de Viena con la ruta que había hecho estos dias.
Salí del hotel y como tenia tiempo de sobra decidí ir caminando a través del casco antiguo para echar un ultimo vistazo a la ciudad. El centro de Viena, para los que no lo conozcan, esta formado por muchas callejuelitas colocadas sin lógica y por donde es fácil desorientarse. Después de preguntar a un grupo de italianos, otro de suecos y finalmente a un austriaco que no sabia ni ingles ni idioma de señas, conseguí encontrar a alguien no tan perdido como yo. Una vez bien indicado, llegué enseguida a Stephansplatz, donde cogí el metro para ir a la estación central de Viena.
Para los que tengáis pensado ir a Viena antes del 15 de diciembre, tened muy cuenta que la estación central esta en obras! maldita sea la hora en la que decidí ir a pata...
Llegué y entre los andamios y los electricistas pude llegar hasta el mostrador de información. El señor, con una barriga que no le cabía detrás del mostrador y una mala leche que daba mal rollo me indicó con un sutil: haughswafenguttensiteneslaven. Me limité a seguir la dirección en la que miraba y tras subir muchas escaleras, bajar muchas escaleras, pasar por dos puentes, subir muchas escaleras, bajar muchas escaleras y atravesar una calle con el cemento un poco húmedo, llegué a la tan ansiada vía, 10 segundos antes de que saliera el tren.
Adiós Viena, que despedida eh?
Tras poco mas de una hora en tren llegamos a Bratislava.
Nada mas llegar me esperaba la siguiente aventura: enterarme de como se llegaba de la estación Petrzalka al centro de Bratislava. El chaval de la ventanilla de información me facilitó un mapa pero fue incapaz de decirme ni como se llegaba ni desde donde.
Salí de la estación y vi una parada de bus. Una señora, en un eslovaco correctisimo me indicó lo que debía hacer. La pobre hizo un gran esfuerzo vocalizando su idioma así que me dio pena, asentí como que me había enterado y fui a probar suerte a un quiosco. El quiosquero me logró explicar tras 5 minutos que tenia que coger el bus 80 hasta Rybrie Namesty. (Namesty es una de las pocas palabras en checoslovaco que he aprendido estos dias y significa plaza. La otra es Pivo, cerveza)
Cuando llegó el bus me di cuenta de que el billete se compraba fuera asi que pabajo otra vez. La maquinita estaba en eslovaco y había 20 opciones diferentes, con precios entre 0'20€ y 2'10€. Otra vez el lío para que alguien me explicara cual tenia que coger. Finalmente un señor consiguió que me enterara explicandomelo en italiano.
Observación: recordáis cuando decía que los checos solo hablaban checo? Pues los Eslovacos hablan todos los idiomas menos ingles.
Llegó de nuevo el bus 80 y esta vez sí conseguí llegar al centro. Lo primero que hice fue subir al castillo de Bratislava. Después de una cuesta infernal y un calor mas infernal aun, medio deshidratado, llegué a lo alto de la colina. La subida mereció la pena, unas vistas impresionantes!
Estuve un rato en el césped de palacio tumbado y luego bajé al centro de nuevo.
Bratislava es una ciudad pequeña, apenas 500.000 habitantes. No es impresionante pero si merece la pena visitarla. Ideal para pasar 4 o 5 horas.
Visité la catedral de St. Martin y pasé por debajo de la puerta de San Miguel. En un rato me había visto el casco antiguo entero, muy cuidado y con un encanto direferente a Rep. Checa. Luego fui a conocer la famosa iglesia azul. Una iglesia normal, pero pintada de celeste, nada espectacular tampoco. Decidí irme hacia la estación andando para terminar de ver la ciudad. El sol me achicharraba así que el ultimo tramo lo hice en bus y por 90 céntimos llegué como un señor a la estación.
Siguiente destino: Budapest.
Cuando faltaban 2 minutos para que saliera el tren, aun no habían indicado la vía, lo que preocupó un poco.
Pregunté a un chaval con pintas de yo voy a Budapest y me dijo que acababan de cancelar el tren. El siguiente en dos horas.
Con calma y sosiego decidí que era el momento de acordarme de la amiga Maria, así que me fui a buscar un parque donde tirarme ,descansar y relajarme un ratito. Un chaval muy amable y muy gay me explicó como llegar mientras me miraba descaradamente de arriba a abajo. Llegué a un parque bastante extraño, con miles de bancos mirando hacia una fuente extraña. Algo un poco tétrico. Me senté, me lié el cigarrillo y justo en el momento en el que creí que nada malo podía pasar... El mechero que había conseguido cuidar 7 días a través de 3 países, justo en ese preciso momento, decidió que mi bolsillo no era un buen lugar para vivir. Estaba en un parque, con un pitillo sin encender y a media hora del estanco mas cercano. Aquí empieza otra aventura del día.
Muy mosqueado me fui en busca de un mechero. Una señora me indicó mal y acabe de nuevo en el jardín donde empecé. Quedaba media hora para el tren así que fui deprisa a la estación de nuevo. Llegue con 15 minutillos de antelación así que me fumé el pitillo y fui a comprar agua. Todo corriendo para no llegar tarde. En la estación estábamos todos los pasajeros del tren cancelado y todos los del siguiente así que viendo la cantidad de gente que había, fui a reservar. Otra vez la barrera lingüística impidió que me enterara de nada así que a tentar a la suerte y sin reserva. Definitivamente el inglés deberia ser obligatorio por lo menos para la gente de información...
En ese momento y a 5 minutos de la salida del tren se me ocurrió ir al baño, no queria volver a sufrir lo de Praga en un tren sin baño asi que fui. Desde que llegué a Europa del este me he fijado en que todos los malditos baños "públicos" son de pago. Además este en concreto no aceptaba otra cosa que no fueran monedas de 10 centimos. Desesperado porque iba a hacer doblete, mearme y perder el tren, pedi auxilio a la limpiadora. Me dio cambio y consegui mi primer objetivo. Fui corriendo al tren cuando me llevé otra sorpresa. Retraso de una hora. Me senté a esperar con los otros cientos de personas en unas escaleras. Los paneles de informacion estaban justo detras. Fue muy gracioso ver como cada vez que sonaba el tintintin de megafonia, las cientos de cabezas girabamos a la vez, para ver que no era el tren de Budapest el que anunciaban.
Ya un poco desesperado pensando en algun plan B si no conseguia llegar a Budapest, necesitaba animo y no os imaginais lo que mas me apetecia escuchar en el mundo: la nueva cancion del Real Madrid, la de RedOne. Llamadme idiota pero alli estaba yo mas orgulloso que nadie "Madriiiiid, Madriiiiiid, hala Madriiiid" feliz viendo las caras de desesperación de los demás. No me gusta el fútbol demasiado pero madre mia el subidon que me dió la cancion cuando me veia buscando hostal en Bratislava y perdiendo un dia de viaje... Después me entró el segundo bajón: el de azucar, asi que fui a comprar unas golosinas. Un segundo despues de volver de intentar explicarle a una eslovaca que era un lacasito, una asiática gritó mirando a los paneles y salio corriendo. Inmediatamente despues, todos, cual estampida de ñus en peligro, salimos corriendo hacia la vía también.
Alli estábamos, un montón de almas esperando a que pasara el primer tren para meterse para no quedarse sin sitio. Me arrepentí de no haber reservado porque finalmente llegó y despues de tanto correr me tocó de los ultimos. Entré en el vagon pensando que me tocaria suelo y alli en el fondo lo vi: el que probablemente era el unico asiento libre del tren. Gracias Bratislava, tu también te has lucido!
Una vez en el tren y cuando ya habia pasado un ratillo me entró un poco de hambre. Normal, con las 4 horas de retraso me comia un bisonte... Fui a la cafeteria del tren y contra todo pronostico mirad como me puse por apenas 4'5€, ya podrian aprender los timadores de Renfe...
Finalmente llegué a Budapest, me bajé del tren y la estación estaba a oscuras. Cientos de personas caminando iluminadas por las luces del exterior atravesando las inmensas cristaleras de la estacion Keleti.
Salí de la estacion en una gran plaza iluminada, bajé al metro y cuando fuí a comprar el billete...
-Mierda, no tengo florines húngaros, pensé. (Es lo que tienen estos viajes, que antes de cogerle el truco a la moneda, cambias de pais y vuelta a empezar, sin contar con que tienes que vigilar que no te sobre, pero que no te falte tampoco). Salí del metro, volví a la estación de nuevo y cambié lo que llevaba de calderilla, unos 6 euros. Con el cambio a 1€=300 florines, me ví rico en un instante. Pagué los 350 florines del metro y en lo que esperaba conocí a un chaval español. Nos conociamos de vista del tren, pues habiamos hecho el mismo recorrido ese dia. Resulta que estamos haciendo un itinerario parecido y los dos somos españoles expatriaos, yo en Marruecos y el en Suecia. Me apunté su nombre y quedamos en vernos estos dias en Budapest.
Acabo de llegar al hostel, el Zen Guesthouse. El chico de recepcion me ha tratado como si estuviera en mi casa, me a ofrecido una cerveza, me ha invitado a quitarme los zapatos y tirarme en el sofa y me ha encargado ser sus ojos en el hostel durante la noche. Por lo visto mis compis de cuarto nuevos son un poco...ruidosos por decirlo de alguna forma. Los acabo de conocer, 5 ingleses con ganas de comerse Budapest y todas sus faldas, me caen bien! Un par de comentarios del mundial y el Madrid y como amigos de toda la vida.
Ahora a beber cerveza hasta morir porque esta gente no parece que tenga mucho sueño...
Mañana Budapest! :)
GASTOS
Metro. 2,20
Bus publico Bratislava. 1
Pizza. 1,30
hostel 10
Agua. 1,5
Bus 1
Perrito caliente 1
Mechero. 0,5
Baño. 0,40
Chuches. 3
TOTAL. 24€
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